Cuando pensamos en seguridad industrial visualizamos unas gafas para proteger la visión; un par de guantes para resguardar las manos; una mascarilla para salvaguardar nuestro sistema respiratorio; un buen casco para evitar una lesión en la cabeza; unas botas o un uniforme, pero usualmente restamos importancia a nuestros oídos, ¿Qué sucede con ellos? ¿Son inmunes a daños? ¿Es realmente importante protegerlos en los ambientes laborales? O ¿simplemente son eternos e inquebrantables?
Los oídos son aquellas estructuras que permiten una entrada de sonidos que nos ayudan en gran medida a comprender nuestro alrededor; Pueden entenderse como el conjunto de órganos increíblemente especializados y encargados de recibir los estímulos y transformarlos en señales bioeléctricas que nos van a permitir obtener información de nuestro entorno. Señores, gracias a ellos, podemos escuchar.
Oír y escuchar (que son conceptos distintos) son una fortuna inestimable, pero no es perpetua, pues por nuestra condición humana, poco a poco vamos perdiendo esta habilidad, a medida que envejecemos. En fonoaudiología, a eso lo llamamos presbiacusia… y nadie se escapa de ella.
Además de la naturaleza (que es implacable) estamos expuestos a altos decibeles de ruido que aceleran este proceso en la vida cotidiana. Algunos entornos laborales se suman a este fenómeno, ya que por la actividad que desempeñan, contribuyen en gran medida al deterioro auditivo.
Luego entonces, proteger nuestro aparato auditivo es imprescindible, por lo que es necesario recurrir a un adecuado protector auditivo. Hay diferentes tipos de protectores auditivos, cada uno con características propias y con diferentes niveles de atenuación.
Recomendamos protectores auditivos moldeables a la medida del usuario, estos son implementos que nos van a permitir, entre otras características, llegar a un estado de comodidad en nuestros puestos de trabajo, facilitando la comunicación con nuestro compañeros, permitiendo así un desarrollo óptimo de actividades y, lo más importante, tienen altos niveles de atenuación que disminuyen el deterioro del oído.
El no utilizar protección genera disminución de la capacidad auditiva, lo que afectará el desempeño laboral, social y familiar (en futuras publicaciones ampliaremos este tema).
Es importante recordar que la pérdida auditiva es permanente e irreversible. Nuestra invitación es que debemos apuntarle a la prevención pues, para este caso puntual, no hay cura. Cabe resaltar que existen audífonos que mejoran parcialmente la capacidad auditiva mas no la reemplazan.
Las personas son el corazón de las empresas, por eso las llamamos Talento Humano; gracias al desarrollo de sus capacidades crecen las compañías, por tanto es nuestra responsabilidad, amigo empresario, velar por el bienestar de nuestro Talento Humano y para el caso en mención, por su salud auditiva.
A ti, Talento Humano, te invitamos a cuidar de tu aparato auditivo: solo tienes uno.
Recuerda, personaliza tu seguridad.
Mateo Piedrahita
Fonoaudiología y Administración Tecnológica
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